Un brazo en tu almohada
mi pierna rozando la tuya
luces doradas en los ojos
un beso, una caricia
momentos compartidos
de eterna soledad.
Levantas la cabeza
y podría jurar que me amas
mas luego entiendo tu verdad
miro tu alma, tu miedo gana
aunque quiera no te salvo
ni me salvas, mas queda
el momento de jugar.
Una sonrisa en la cara
la lagrima en el pecho
los dedos llenos de luz
te veo partir y entiendo
que el día se acaba, ahora
cierro los ojos para esperar
esa nueva llamada tuya.
De: Melina González
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